Puede que el título de este post pueda llegar a dar lugar a malentendidos, si es que no se toma en el sentido correcto. Porque para un blog basado en la rica gastronomía que podemos crear a partir del mundo fúngico, no se puede dejar de notar que hay ciertos miembros de esta especie con los que no podemos contar a la hora de realizar nuestros platos. Ya hemos hablado de cómo los antiguos tenían las setas y hongos en la categoría de sustancias que podían tener efectos secundarios, como visiones y pérdida de la consciencia; además, hemos de añadir que algunos de sus ejemplares pueden ser realmente peligrosos para nuestra salud, porque pueden ser directamente venenosos.
Desde aquí, aconsejamos mucha precaución a la hora de recolectar hongos en el monte: siempre, siempre, hemos de ir acompañados de alguien entendido, o estar seguros de que lo que echamos en nuestra cesta es una seta comestible tras un intenso estudio, dado el caso. No es una advertencia baladí, pues cualquier tipo de hongo desconocido puede ser un asesino en potencia; o, de forma más leve, provocarnos un grave problema de salud. En general, todas las especies fúngicas comestibles están ya localizadas, conociendo muy bien las zonas donde se pueden encontrar, sus efectos y la forma de neutralizarlos; pero dado el cambio climático y la aparición de especies invasivas causadas por la globalización del planeta, nunca se puede decir que no vaya a aparecer algún ejemplar sin catalogar.
En realidad, el efecto psicotrópico de los hongos se conoce desde tiempo inmemorial, y de hecho se ha usado más de una vez en medicina, y también como parte de los rituales religiosos. Se dice que la fama de brujas de ciertas mujeres en la historia, y la celebración de los famosos aquelarres, fue la consecuencia de una reunión de sacerdotisas que habían usado un tipo de setas y habían practicado sexo con hongos psicodélicos. Hoy se sabe que cierto tipo de fungis pueden ejercer influencia en nuestra libido, haciendo que el deseo sexual es multiplique exponencialmente; también, que nuestros sentidos reciban los estimulos de una manera aumentada, con lo que cada sensación de placer se incrementa también de manera exagerada. ¿Qué más se necesita para tener una sesión de sexo desinhibido y libre de prejuicios?
De hecho, no hay que irse tan lejos para oír hablar de gente que tiene sexo alienados con cierto tipo de drogas. Por ejemplo, se habla mucho de los videos xxx, y de cómo los actores y actrices que vemos en las películas porno podrían tomar algún tipo de estimulante para mantener su ritmo sexual en cada escena. Y es que seguramente te habrás asombrado, como todos, de la potencia sexual que parecen tener esos tíos, venda dándole a la mandanga sin descansar durante minutos y minutos; y como sus compañeras sexuales aguanta el tipo mientras le taladran un coño que por lo general ya deberían tener escocidos. Parece que podrían grabar estas escenas un poco «colocados», aunque los más valientes te dirán que es efecto de algún porrillo o alguna pastillita estimulante; nada fuera de lo común, por otra parte, pues han de llenar las páginas web de porno online, y una ayudita para mantener el ritmo nunca está de más. De todas formas, puede ser que todo sea producto de la envidia, es un hecho que los actores y actrices porno se mantienen en plena forma, llevando una vida sana y una alimentación equilibrada; no es de extrañar que sean unas máquinas sexuales.
Supongo que nunca sabremos del todo los secretos que rodean a la pornografía, pero esto es solo una anécdota. Lo que es una realidad son los efectos alucinógenos que poseen un buen número de especies de hongos, y que fueron parte de las tradiciones de nuestros ancestros. Ellos lo achacaban a sus ritos religiosos, pero te digo algo: puede que también fuera por el gustillo de andar colocados, qué leches.